Con mucha frecuencia se suele recurrir a las entidades bancarias para conseguir préstamos personales. Estos son acuerdos a través de los cuales el banco se compromete al adelanto de una cantidad de dinero a una persona que recibe la denominación de prestatario. La persona en cuestión tiene la obligación de devolver ese importe y pagar además unos intereses pactados previamente y unos gastos vinculados a la transacción.
En lo referente a los tipos de interés, las opciones suelen presentarse entre: interés fijo o variable. Un tipo fijo se mantendrá siempre al margen de las fluctuaciones en los tipos de mercado, mientras que el interés variable varía con el mercado. La elección entre ambas opciones se limita a la capacidad del usuario para hacer frente a los posibles cambios en la deuda.
Además de reparar en el tipo de interés nominal, también hay que hacerlo en la TAE. Se trata de un cálculo un poco más más complejo que incluye el tipo de interés nominal y las comisiones que puedan aplicarle a su préstamo, valorando el plazo de la operación. Es un indicador más fiable del coste real del préstamo.
Requisitos para recibir un préstamo
La entidad financiera tendrá que hacer un estudio de viabilidad para valorar la capacidad de devolución de la persona que quiere disfrutar de un préstamo. Esto es un proceso previo a la concesión del préstamo. El análisis incluye los ingresos mensuales y los compromisos de pago y deudas pendientes. Lo que les interesa en realidad es conocer si el usuario podrá hacer frente a las cuotas mensuales sin complicaciones.
Entre la documentación precisa para pedir un préstamo personal están: el DNI de la persona interesada, la factura proforma o presupuesto del artículo que pretende comprar con el dinero prestado, el comprobante de ingresos como la última declaración de la renta y últimas nóminas, la copia del contrato de trabajo, el listado de patrimonio en el instante en que se pide el préstamo, el recibo de la vivienda o contrato de arrendamiento y los recibos de pago.
El interés fijo y el interés variable
El beneficio de tener un tipo de interés variable es que el interesado podrá tomar ventaja de la reducción de su deuda deberían reducir los tipo de mercado, sino que también puede tener que hacer frente a los pagos más altos o una deuda total superior deberían subir los tipos.
Con un tipo de interés fijo, la persona que recibe el préstamo que no tiene que preocuparse acerca de cualquier cambio en su deuda o factura mensual, pero también puede no ser capaz de beneficiar a los tipos de mercado deberían bajar a lo largo de su periodo de endeudamiento. Si te gustaría ser capaz de planificar y presupuestar con cuidado, o si no tienes dinero extra a mano para hacer frente a posibles aumentos en el coste, el interés de tipo fijo va a ser la mejor opción para tu presupuesto.
La finalidad del préstamo
Por lo general, la cantidad de dinero solicitada en un préstamo personal o bancario va destinada a la compra de un bien o servicio concreto, en muchas ocasiones para ayudar en la compra de un coche o una vivienda. En el caso de las empresas, quizás estemos más acostumbrados a hablar de operaciones de crédito materializadas en líneas o pólizas, pero las cuentas de crédito han de ser solicitadas para afrontar períodos pasajeros de falta de liquidez o cubrir los gastos de una situación extraordinaria relacionada con el circulante.
En el caso de las organizaciones los motivos podrían ser varios: la compra de maquinaria, la compra de elemento de transporte, las reparaciones y rehabilitaciones de los espacios de trabajo, la compra de equipos informáticos o la contratación de servicios especializados relacionados con la actividad ordinaria.
Las garantías y avales
Existe una gran diferencia entre las garantías que exige un préstamo personal o al consumo con respecto a las de un préstamo hipotecario, ya que en este último, la principal garantía de cumplimiento de la obligación de pago, es el bien real que se hipoteca. Esto significa que en caso de impago, la propiedad del inmueble pasará directamente a la entidad bancaria.
Además de la garantía del inmueble, en los préstamos hipotecarios se avala con la garantía personal del solicitante. En el caso de un préstamo personal, la garantía de cobro se basa en todos los bienes presentes y futuros que tenga el solicitante.
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