Cuando una persona fallece, sus bienes deben pasar a formar parte del patrimonio de sus herederos. Sin embargo, para que esto suceda, es necesario abonar previamente el impuesto sobre sucesiones y donaciones, que grava este tipo de operaciones. Su gestión está cedida a las comunidades autónomas, por lo que cada una de ellas aplica sus propias tarifas y tasas. En muchos casos, son tan elevadas que los usuarios necesitan pedir préstamos para poder abonarlas y hacer efectiva la herencia.
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El impuesto de sucesiones es un gravamen que tienen que abonar todos aquellos que reciben una herencia por parte de un fallecido. Estas son sus características más importantes:
Como dijimos antes, el Estado ha delegado el cobro de este impuesto en las comunidades autónomas. Esto se traduce en que, por ejemplo, no se pague lo mismo en la Comunidad de Madrid que en Cataluña o la Comunidad Valenciana. Aun así, existen unas tablas generales a partir de los cuales los gobiernos regionales deben trabajar.
En primer lugar, porque se trata de una transmisión de patrimonio y este tipo de operaciones están gravadas en todo el territorio nacional. Aun así, a lo largo de los últimos años ha habido cierta polémica al respecto. La mayor parte de ella se sustentaba sobre el argumento de que, si el fallecido ya había pagado impuestos por esos bienes (IRPF, IBI, ITP, etc.), volver a abonar una tasa sería una doble tributación.
Sin embargo, esto no tiene sentido en términos legales, ya que el beneficiario de la herencia no fue quien abonó esos impuestos. Dicho esto, existen multitud de bonificaciones realizadas por las comunidades autónomas, las cuales permiten eludir el pago del impuesto en caso de no superar un determinado importe. Por ejemplo, en el caso de Andalucía, no se aplica si su valor es inferior a 250.000 euros.
Eso sí, hay que tener en cuenta que no solo se heredan los bienes del fallecido, sino también sus deudas. De hecho, el importe de estas es el argumento principal que esgrimen quienes renuncian a herencias, muy por delante del pago de este impuesto.
En cualquier caso, el valor de la herencia puede hacer que el importe del impuesto de sucesiones se torne bastante alto. En este sentido, los beneficiarios tienen 6 meses para reunir el dinero. Algo para lo que, en muchas ocasiones, necesitan recurrir a diferentes vías de financiación.
Sin duda, los préstamos para herencias de Invest&Loan son perfectos para obtener la liquidez necesaria con la que hacer frente al impuesto de sucesiones. Se trata de créditos que se gestionan inmediatamente y que, en muchos casos, se reciben en menos de dos días laborables. Incluso es posible acceder a ellos si los solicitantes están incluidos en un registro de morosos como ASNEF.
En definitiva, este tipo de préstamos son de gran utilidad para abonar el impuesto de sucesiones y otras posibles deudas asociadas a la herencia recibida. Una cuantía económica que puede evitar la renuncia a ella y que se puede abonar rápidamente una vez que los bienes se han obtenido y liquidado.
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