A la hora de solicitar un préstamo hipotecario es de vital importancia tomar en consideración los conceptos de interés fijo e interés variable. Por ello, hoy en préstamos Invest & Loan, en este artículo se definirán ambos términos y se explicarán las diferencias existentes entre ambos.
¿Qué es el interés fijo?
Tal como su nombre indica, este tipo de interés es el que permanece fijo e inalterable a lo largo de todo el contrato hipotecario. En este sentido, la entidad financiera y el cliente pactan cuál va a ser el tipo de interés y este no va a cambiar en ningún momento.
Además, no se va a tener en cuenta ningún indicador de referencia ni tampoco cambia nada cuando se produce un período de inflación o los bancos centrales hacen una emisión de capital.
No suele ser el más recomendable en las operaciones a largo plazo, puesto que la economía y los mercados cambian de manera periódica. Por tanto, este tipo de interés podría acabar siendo perjudicial, ya que el coste del préstamo sería más elevado.

¿Qué es el interés variable?
En cambio, los intereses variables presentan unas características distintas. Aunque se pacta un valor inicial cuando se inicia la relación contractual entre el banco y el cliente, este puede presentar cambios a lo largo del tiempo. Las fluctuaciones que puede tener el dinero afectan de forma directa al tipo de interés que acabara pagando el cliente por su hipoteca.
Para ello, se utilizan diferentes índices de referencia, aunque algunos de los mayoritarios son el Euríbor o el Líbor, entre otros. La actualización de esta clase de indicadores puede producirse de forma diferente en el tiempo. Esta puede darse de manera mensual, aunque también trimestral, semestral o hasta anual.
Por tanto, los intereses variables guardan una relación directa con el incremento o la reducción del tipo final que acabará pagando el cliente cada uno de los meses. En este sentido, resulta clave entender el contexto económico para saber si es el tipo de contrato hipotecario más beneficioso.
¿Cuáles son las diferencias entre los intereses fijos y variables?
Una vez se han presentado ambos conceptos, llega el momento de analizar las principales diferencias que existen entre los dos tipos de intereses principales a la hora de contratar una hipoteca. Sin duda, la más importante es el tipo de interés que hay que abonar. Mientras, en el fijo, el usuario sabe de antemano lo que tiene que pagar en cada una de las cuotas del préstamo hipotecario; en el variable, hay que tener en cuenta las subidas y bajadas de los tipos de interés.
En este sentido, en el momento de contratación, el tipo de interés suele ser más alto en las hipotecas fijas que en las variables. Adicionalmente, los plazos de amortización son más cortos en este tipo de contrato, de un máximo de 20 años. En cambio, en el interés variable, se suelen obtener condiciones más ventajosas en el momento de la contratación y plazos de amortización de entre 20 y 30 años. Aparte, el cliente corre el riesgo de que los intereses suban, pero también puede beneficiarse si bajan. En este aspecto, hay que estar atento al contexto socioeconómico actual y hacer una previsión de lo que pueda ocurrir en los siguientes años.
Como conclusión, la decisión de elegir entre un interés fijo o un interés variable es muy relevante, en especial, en un contrato hipotecario que tiene una duración media superior a los 20 años.
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